El economista de Fundación SOL, Marco Kremerman, explicó en la comisión del Congreso que debate la reforma previsional que aunque se aumente la Pensión Garantizada Universal (PGU) a 250 mil pesos y se aprobara el 6% para ahorro colectivo, sólo se aminoraría la crisis, pues todavía más de la mitad de las jubilaciones no podrían superar el sueldo mínimo.
“La reforma previsional es un imperativo ético, moral, necesario e indispensable“, dijo la ministra del Trabajo y Previsión Social, Jeannette Jara, quien desde Ginebra hizo un llamado a los parlamentarios para que avance la discusión del proyecto de ley que se encuentra en la Comisión del Trabajo del Senado.
En el contexto de la discusión, el economista e investigador de la Fundación SOL, Marco Kremerman, sostuvo que hay que diferenciar la propuesta que se está discutiendo con la inicial, pues pese a que el Gobierno no ha hecho formalmente ninguna indicación, sí se ha allanado, por ejemplo, “a distribuir el 6% de cotización adicional en tres puntos a cuentas individuales y tres puntos a ahorro colectivo, que es algo bien distinto a lo que plantea originalmente del 6% de ahorro colectivo”.
El investigador de Fundación SOL precisó que “lo que sucede con la clase política es que tienen una negociación en base a sus ideas, pero en este momento sus ideas o sus defensas corporativas no se ajustan a las necesidades materiales de las personas jubiladas“.
“Entonces, se escucha mucho que no hay piso para negociar esto, que no hay para acordar lo otro, pero lo que va a suceder es que con lo que se está negociando las pensiones van a subir de manera marginal y eso va a generar un problema, porque con la PGU, que está sobre los 214 mil pesos y que ya cubre a casi el 90% de los adultos mayores, tenemos a más del 70% de las pensiones por debajo del salario mínimo”, enfatizó.
En ese sentido, Kremerman aseveró que “incluso si es que se llevara la PGU a 250 mil pesos y si se llegara aprobar el 6% de ahorro colectivo con las mejoras que el Ejecutivo proponía originalmente, todavía más de la mitad de las pensiones, según estimaciones del propio Gobierno, seguirían por debajo del salario mínimo“.
“Entonces, tenemos un problema grande que no se va a solucionar con más de lo mismo, que no se va solucionar con crear un mini sistema mixto donde en el pilar contributivo aparezca un pequeño seguro social obligatorio“, recalcó.
Sin embargo, y situándose en una posición «realista», Kremerman planteó que “como máximo van a llegar a dos puntos a ahorro colectivo solidario y con eso es muy poco lo que se puede hacer. Vamos a seguir teniendo un sistema extremo“.
“Hoy los sistemas de pensiones en el mundo están en tensión“, afirmó Marco Kremerman y explicó que “no solo hoy, sino que hace algunos años. Esto tiene que ver con dos factores principalmente: con las crisis económicas y financieras, que se han producido en los últimos años de manera más seguida, y fundamentalmente por los cambios demográficos“, y agregó que «existe en casi todos los países un pilar uno, que es el seguro social obligatorio, que tiene la lógica solidaria intergeneracional, que opera bajo un sistema de reparto, vale decir, que con las cotizaciones de los trabajadores activos se pagan a los jubilados y que tiene protecciones para enfrentar los cambios demográficos y ese resguardo se llama la capitalización colectiva“.
No obstante, en nuestro país “estamos al revés”, dijo el investigador. “Estamos recién construyendo el pilar cero de carácter universal, que es esta pensión no contributiva vía PGU con un monto todavía insuficiente y no tenemos pilar uno. El edificio no tiene el pilar central que es el seguro social obligatorio y tiene un pilar dos que es gigante, que hoy tiene 10%, más comisión, más seguro de invalidez y sobrevivencia. Y es al que se le quiere agregar ahora, al menos, tres puntos adicionales, entonces, así los edificios se caen, no funcionan”, sentenció.
Así, el economista concluyó que “salvo algunos países que basan sus sistemas de pensiones en la negociación colectiva por rama, en planes ocupacionales donde los trabajadores directamente logran acuerdos con los empleadores y donde no habría este seguro social público, como Holanda o Dinamarca, en general, la mayoría de los países tienen este pilar público robusto que en Chile recién se quiere reconstituir, pero con porcentajes marginales de un 2% o a lo sumo un 3%“.