A través de Radio Universidad de Chile, fue entrevistada la socióloga de Fundación SOL, Andrea Sato, a propósito de la reciente investigación sobre «La pobreza de tiempo de las mujeres chilenas».
La experta indicó que «es importante medir la pobreza multidimensional, más allá del ingreso. Las mujeres trabajan tanto remuneradamente, como en las tareas del hogar. En ese sentido, es importante magnificar ese fenómeno con el objetivo de propiciar políticas públicas favorables a la mujer y a la socialización de los cuidados» y agregó que, «según nuestra investigación, desde el 2015 al 2023, aumentó la pobreza de tiempo de la mujer. Para establecer la pobreza de tiempo consideramos 8 horas para dormir, 1 hora al día de cuidado personal, 2 horas diarias de transporte, 2 horas de alimentación, y 9 horas y media de ocio en el total de la semana. En consecuencia, si una persona no tiene esa cantidad de horas protegidas, entonces se encuentra en pobreza de tiempo. Se trata de datos alarmantes, donde verificamos que en el país existe más de un 46 % de la población que sufre pobreza de tiempo, y un 52 % de la mujeres son pobres de tiempo, mientras que un 42 % son hombres».
Andrea Sato afirmó que «lo anterior se explica cuando observamos la carga total de trabajo, donde son las mujeres las que llevan las labores de apoyo y cuidado en los hogares casi 2 horas más que los hombres. Ello redunda en que las mujeres tienen menos tiempo para el ocio y el descanso» y añadió que, «esto se profundiza todavía más en las mujeres que se convierten en madres. Por ejemplo, en los hogares donde hay niños menores de 6 años, las mujeres padecen la pobreza de tiempo en un 72 %, y donde hay chicos menores de 12 años, alcanzan un 60 % de pobreza de tiempo. O sea, estamos frente a 12 años de la vida de las mujeres que, por decidir tener hijos, se ve desmejorada. Aquí falta presencia de políticas estatales. Como si fuera poco, respecto de los ingresos, las mujeres de más bajos ingresos no pueden, como las mujeres de más altos ingresos, externalizar las tareas del hogar en personas más empobrecidas. Esto es, a mujeres que ganan menos, más pobreza de tiempo».