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Chile. Día del Brigadista Forestal: Arriesgan la vida, ganan 500 mil pesos y sufren jornadas de trabajo agotadoras

Cada 15 de febrero desde 2009 se conmemora el día Nacional del Brigadista Forestal. Esta fecha se instauró en memoria de 12 brigadistas que fallecieron en un accidente aéreo en la comuna de Chanco, Región del Maule. Sin embargo, ante la crítica situación de incendios forestales en la zona centro y sur del país muchas veces los brigadistas forestales se han encontrado sin comida, sin descanso ni tampoco seguridad laboral.

El combate contra los incendios forestales es protagonizado por los brigadistas forestales, quienes han asumido un papel crucial en las últimas semanas. 

La falta de prevención en incendios forestales y rurales, especialmente en las regiones del Biobío y La Araucanía, se relaciona con el modelo forestal heredado de la dictadura civil y militar. Esto se traduce en escasa regulación del sector, desinterés empresarial sobre los impactos ecológicos y sociales, y las dificultades políticas y económicas en la implementación de estrategias efectivas de prevención de siniestros.

Las condiciones de trabajo de quienes están en la primera línea del fuego siguen siendo precarias. Entre los problemas que enfrentan, se destacan los contratos a plazo fijo, un salario mínimo de $500 mil pesos y jornadas laborales que superan las 8 horas, con turnos de 10×5.

La especialista Pamela Melipal señaló que «Es esencial establecer un salario mínimo para los brigadistas forestales, acorde a los 700 mil pesos según los gastos de una canasta familiar, y garantizar condiciones laborales dignas con mayor presupuesto hacia el personal con mayor contratación y reducir la jornada laboral», y agregó que, «Es fundamental que las comunidades, en colaboración con profesionales especializados en la mitigación de incendios, elaboren un Plan Nacional de Emergencia frente a estos siniestros en miras de acabar con la gran propiedad del suelo forestal, regalado por la dictadura a los actuales magnates forestales, colocando en marcha un nuevo sistema alternativo. Un sistema en donde sean trabajadores, mapuche y comunidades quienes planifiquen la producción de madera, de acuerdo a los intereses de la sociedad y el cuidado del medioambiente, superando el monocultivo de pino y eucaliptus fomentado por empresas como la CMPC».

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