Fundación SOL, con apoyo y financiamiento de la Mesa Triestamental de Universidades Estatales (METUECH), presenta un nuevo estudio llamado “Financiamiento de las Universidades del Estado en Chile. Indicadores relevantes y Salud Financiera de las Universidades Estatales”, el cual muestra la situación actual de las Universidades Estatales, proponiendo además una alternativa que permita avanzar en el financiamiento basal de estas universidades, hasta cubrir un 25% de su presupuesto anual el año 2025.
Al año 2021, las Universidades Estatales tienen una matrícula total de 208.978, abarcando un 27% de la matrícula universitaria a nivel nacional y un 16% de la Educación Superior en su conjunto. “Solo 4 planteles privados que pertenecieron al Grupo Laureate (Universidad Andrés Bello, Universidad de Las Américas, Universidad de Viña del Mar y el IP AIEP), alcanzaron una matrícula total de 182.030 estudiantes en 2021, lo que da cuenta de la hegemonía del sector privado en la Educación Superior”, señala Benjamín Sáez investigador de Fundación SOL y uno de los autores del estudio.
No obstante, en 6 regiones del país, la matrícula de las Universidades Estatales es mayoritaria en relación a otros tipos de universidades (Privadas CRUCH y No CRUCH), superando el 50%. Estas corresponden a: Magallanes (96%), Atacama (94%), Arica y Parinacota (87%), Tarapacá (72%), O’Higgins (64%) y Aysén (53%).
Financiamiento y salud financiera
Al observar los planteles respecto a sus utilidades netas, es decir, el resultado del ejercicio luego de sumar todos los ingresos y todos los gastos -tanto operacionales como no operacionales-, se constata que los resultados son mixtos, y no dependen necesariamente del nivel de presupuesto o matrícula.
Es posible observar contrastes relevantes al interior del sistema de universidades del Estado, tanto en términos de matrícula, dotación de personal, infraestructura y presupuesto. Solo 5 planteles (U. de Chile, U. de Santiago, U. de Talca, U. del Bío-Bío, U. de Valparaíso) concentran un 53% de la matrícula en las Universidades Estatales.
A partir de la información que cada Universidad reporta a la Contraloría General de la República (2020) se observa que la Universidad de Chile es la que presenta el presupuesto más alto, superando los $738 mil millones, lo que equivale a un 42,5% de la suma total de todos los presupuestos de las 15 universidades estatales que presentan estos datos.
“Es importante destacar que la mayoría de las Universidades Estatales han disminuido sus “utilidades” durante el último tiempo, y que sólo 5 las han mantenido o incrementado (U. de O’Higgins, U. de la Frontera, U. de Antofagasta, U. de La Serena, U. de Tarapacá) en los últimos años. Aunque estas universidades no tienen utilidades en sentido estricto, la ley establece que deben presentar sus resultados financieros con estos conceptos” puntualizó Francisca Barriga investigadora de Fundación SOL y una de las autoras del estudio.
En relación al financiamiento, el principal aporte directo corresponde al Aporte Fiscal Directo (AFD), que también se entrega a universidades no estatales y mantiene criterios históricos en la asignación de los recursos. Esto impulsa a las universidades del Estado a financiarse mediante el cobro de aranceles de matrícula y la venta de servicios.
“Al año 2021, el Estado entrega recursos por $252.157 millones mediante el Aporte Fiscal Directo (AFD). Considerando el presupuesto total asignado para la Educación Superior en 2021, que equivale a $2.394.040 millones, el AFD representa un 10,5%, aspecto que da cuenta del lugar residual que ocupan las transferencias directas en el Sistema de Educación Superior”, señala Recaredo Gálvez, investigador de Fundación SOL y uno de los autores del estudio.
El aporte promedio por AFD recibido por los planteles estatales corresponde a $8.263 millones, mientras que en los planteles privados CRUCH asciende a $11.151 millones.
Se presenta una propuesta de financiamiento que permita llegar a financiar un 25% del presupuesto de las Universidades del Estado al año 2025. Este financiamiento se lograría a partir de un Aporte Fiscal distinto (y adicional) al actual AFD, que permitiría aumentar el porcentaje del presupuesto financiado con gasto directo y disminuir la dependencia de los aranceles y matrículas, así como, de la venta de servicios. Se enfocaría solo en Universidades Estatales.
La propuesta implicaría un gasto inicial de $202.126 millones, equivalentes a un 10% del Presupuesto de las Universidades Estatales para el año 2022 (US$2.695 millones). En dólares, esta cifra equivale a US$270 millones.
Luego, cada año se aumenta la cobertura del Gasto en 5 puntos porcentuales hasta llegar a cubrir el 25 % del presupuesto de las Universidades del Estado el año 2025 (estimado en US$3.854 millones), totalizando un gasto de $674.408 millones, que equivalen a US$963 millones aproximadamente.
Abajo puedes descargar el estudio completo: