De acuerdo a la información entregada este 1 de febrero de 2024 por el Banco Central, el Índice Mensual de Actividad Económica, Imacec, de diciembre pasado cayó 1,0% en comparación con igual mes del año anterior, con lo cual la economía nacional habría experimentado una contracción de 0,2% en 2023.
Lo anterior quiere decir que la crisis económica del país oficializó su estado de recesión, fenómeno que, en general, se explica por la caída de la inversión debido a que las clases capitalistas consideran que la demanda no está en condiciones de realizar las ganancias proyectadas. Mismo ocurre en la mayoría de las sociedades dependientes y periféricas respecto de los capitalismos centrales. Por tanto, al final del día, se trata de una crisis de sobreproducción de mercancías y servicios a escala local, regional y parcialmente mundial, que carecen de compradores. En consecuencia, y tal como lo había previsto un conjunto de economistas heterodoxos hace tiempo, el gran empresariado se resta de invertir por la incertidumbre de que sus productos, tantos para exportación como destacados al mercado doméstico, sean comprados. Ello se transforma en un espiral de ampliación de la crisis económica en curso, donde siempre quienes cargan con los costos de la depresión financiera es el pueblo trabajador mediante la destrucción de empleos, la precarización y pauperización de las condiciones de trabajo, la pérdida del poder adquisitivo del salario promedio, la intensificación de la fragilidad de las relaciones contractuales entre capital y trabajo, el incremento de la informalidad laboral, negociaciones colectivas mezquinas donde existen sindicatos con capacidad de sentarse con la empresa, y el intento patronal de desactivar los factores protectores del sindicalismo con identidad de clase y dispuestos a luchar por sus derechos conquistados.
Técnicamente, la debacle anual del Imacec fue explicada por la caída de la inversión y el consumo de la producción de bienes y el comercio, lo que fue relativamente compensado por los servicios. En tanto, la disminución del Imacec en términos desestacionalizados estuvo incidida principalmente por la minería.
IMACEC POR ACTIVIDAD
1. Producción de bienes.
La producción de bienes cayó 3,2% en términos anuales, incidida principalmente por la minería y el resto de bienes que presentaron disminuciones de 3,6% y 1,3%, respectivamente. En tanto, la industria registró una caída de 2,3%.
En términos desestacionalizados, la producción de bienes exhibió una contracción de 2,4% respecto del mes precedente, explicada por el desempeño de la minería que cayó 4,2%. Por su parte, la industria y el resto de bienes presentaron caídas de 2,2% y 0,5%, respectivamente.
2. Comercio.
La actividad comercial presentó una disminución de 3,8% en términos anuales. Este resultado fue explicado por todos sus componentes, principalmente por el comercio mayorista, donde destacaron las menores ventas de alimentos y bebidas. En tanto, el comercio minorista registró menores ventas en supermercados y grandes tiendas.
Las cifras desestacionalizadas mostraron un crecimiento de 1,2% respecto del mes anterior, influenciado principalmente por el comercio automotor.
3. Servicios.
Los servicios aumentaron 1,8% en términos anuales, resultado incidido por el transporte, en particular por una baja base de comparación en el servicio aéreo. En contraste, los servicios empresariales presentaron caídas.