El 97% de los miembros del Sindicato de Pilotos de Latam (SPL) votó a favor de la huelga, en el marco de una compleja negociación colectiva, en que los trabajadores piden, conforme a las ingentes ganancias de la empresa, recuperar derechos previos al año 2020, cuando se desató la crisis del Covid.
A través de un comunicado, los pilotos que agrupan a alrededor de la mitad de los capitanes de la compañía, recordaron que «para hacer frente al impacto económico de la pandemia y dar viabilidad a una compañía que estaba al borde del precipicio, los pilotos estuvieron disponibles para reducir sus ingresos a la mitad. Cinco años después, son el único estamento de Latam que no ha recuperado las condiciones previas a 2020. Los ejecutivos sí lo hicieron».
Los aviadores explicaron que «La negociación se da en un escenario de fulgor financiero y operacional para la aerolínea multinacional, una de las 12 más grandes del mundo. En 2024, ganó US$ 977 millones para sus accionistas y en la primera mitad de 2025, US$ 600 millones, totalizando US$ 1.500 millones en solo 18 meses», y añadieron que por eso «restituir los derechos laborales de sus cerca de 500 pilotos tendría un costo menor al 1% de esos recursos y tendría un efecto sobre el costo ASK ex-fuel -métrica que calcula el costo por cada asiento-kilómetro disponible- prácticamente nulo».
La compañía Latam solicitó la mediación de la Dirección del Trabajo (DT), que de no resultar positiva, puede dar pie a la primera huelga en 17 años de la firma, propiedad de la empresa estadounidense Sixth Street Partners, las aerolíneas Delta y Qatar Airways, la familia Cueto y fondos de pensiones, entre otros.
El presidente del sindicato de pilotos, Mario Troncoso, lamentó que «Esta vez, con los US$.1500 millones en ganancias de Latam, con las brillantes proyecciones de la industria y con la muy modesta petición de los pilotos, esperábamos que en la instancia de mediación primara la cordura por parte de la empresa. Nos resulta doloroso constatar que la administración haya utilizado este año más de US$800 millones para repartir utilidades y recomprar acciones propias, pero no esté dispuesta a reconocer el esfuerzo de sus propios trabajadores».
