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Chile. 7 pescadores artesanales desaparecidos en la bruma: sacrificio y naufragio de los trabajadores pobres del mar

El viernes 4 de abril se acabó la esperanza de hallar vivos a los siete pescadores desaparecidos luego del naugragio de la lancla «Bruma» frente a las costas de Coronel, en la Región del Biobío.

De acuerdo a los equipos de búsqueda, con ayuda de un robot, encontraron la balsa salvavidas de la embarcación y estaba cerrada.

Los familiares de los desaparecidos se aferraban a la esperanza de que los pescadores hubieran activado el bote al momento del naufragio, una posibilidad que quedó descartada con su hallazgo.

«La búsqueda sigue en este momento, están en la búsqueda, la búsqueda no ha parado, la balsa no estaba en el lugar (del naufragio), pero la balsa se encontró y estaba cerrada», dijo Eric Letelier, dirigente de los pescadores artesanales de Constitución. 

«La última parte (de la jornada de búsqueda) fue mostrarnos lo que sabíamos: que fue destrozada la balsa. Los muchachos no tuvieron el tiempo necesario siquiera para activarla. Eso es lo que vemos, y lo que sabemos los pescadores que están en el agua», relató Claudia Urrutia, dirigenta de los Pescadores de Constitución. 

La lancha «Bruma» estaba en alta mar en faenas de extracción de bacalao y el domingo 30 de marzo, alrededor de las 2.00 de la madrugada, se perdió la señal de posicionamiento, generando un operativo de búsqueda que no ha dado con resultados favorables.

La Asociación Gremial de gremial de Bacaladeros del Maule informó el hallazgo de algunos objetos que podrían pertenecer a los siete pescadores desaparecidos.

Los pescadores desaparecidos son José Luis Medel González, Juan Jorge Muñoz Balladares, José Fernando Carrasco González, Julio Eduardo Gallardo Díaz, Carlos Hugo Escárate Ramírez, Jonathan Daniel Torres Saldaña y el patrón de la embarcación, José Luis Medel Sepúlveda.

Las labores de búsqueda determinaron que la matrícula de la embarcación fue inscrita en Constitución y que el último lugar en donde fueron vistos fue en Lirquén, ciudad de Penco, en la región del Biobío.

El 30 de marzo la lancha apreció semihundida, sin los pescadores a bordo y sin la lancha de emergencia que tenía provisiones para 30 días, lo que entregó esperanza a las familias, en torno a poder encontrar a los tripulantes con vida.

Un día después, las familias aseguraron que la lancha había sido chocada, pero que la embarcación en cuestión no había dado aviso y se desconocía cuál era. La Armada también ratificó que los pescadores sufrieron una colisión.

EL 1 de abril se reveló que la lancha habría sido chocada por el barco Cobra, perteneciente a la empresa Blumar y que tanto el casco como la hélice de la embarcación presentaban pintura y restos de una embarcación.

Los familiares señalaron que la tripulación del barco Cobra habría sentido el choque, mientras que el gerente de la empresa Blumar, Gerardo Balbontín, insistió en que la tripulación niega haber colisionado a la lancha.

El jueves 3 de abril se encontró la carpa y otros elementos, como una gamela con gata y una zapatilla, pertenecientes a la lancha «Bruma». En esa misma jornada, Blumar aportó equipos robóticos para ayudar en la búsqueda y como parte de la investigación se retuvo al barco Cobra durante 20 días para hacer pericias.

La lancha de emergencia fue encontrada el 4 de abril, cerrada, sin activar, por lo que se descartaría la posibilidad de encontrar a los pescadores con vida y un día después, la Fiscalía comenzó a investigar el naufragio como un cuasidelito de homicidio.

Los bacaladeros pidieron agilidad en el proceso, a fin de poder dar «cristiana sepultura» a los tripulantes.

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