Saltar al contenido
Portada » Abolición de la esclavitud y lucha contra el trabajo forzoso actual: El caso chileno

Abolición de la esclavitud y lucha contra el trabajo forzoso actual: El caso chileno

Cada 2 de diciembre se conmemora el Día Internacional de la Abolición de la Esclavitud, para conmemorar la fecha exacta en que la Asamblea General de la ONU firmó el Convenio para la represión de la trata de personas y de la explotación de la prostitución ajena.

No obstante, esta organización, aún hoy, sigue luchando contra las formas modernas de esclavitud, que no se han podido erradicar en el mundo.

¿Qué son las formas modernas de esclavitud?

En palabras sencillas, se trata de aprovecharse de las necesidades económicas de las personas, para hacerles firmar un contrato del cual nunca podrán liberarse, debido a que todas las condiciones les obligan «legalmente» a seguir realizando esa actividad sin ganar nunca su libertad.

Obviamente, este tipo de contratos no son para nada legales, porque aunque se encuentren redactados según los estándares comerciales de un país, violan derechos humanos que están por encima de cualquier forma contractual, lo que deja sin vigor este tipo de vínculo laboral.

Pero para la mayoría de las personas que aceptan estos convenios y terminan atrapadas en una pesadilla que pareciera no tener fin, el temor a ser descubiertos (en caso de inmigrantes ilegales), el temor a que dañen a sus familias (extorsión) o simplemente el temor a no recibir la recompensa prometida, los hace mantenerse en el lugar y no luchar por su libertad.

Tipos de esclavitud presentes hoy

Entre las formas más comunes de esclavitud moderna se encuentran:

  • Trabajo forzoso: Aunque en un principio las palabras «trabajo forzoso», nos pueden recordar a un tipo de castigo en el sistema penitenciario de algunos países, en realidad, muchas personas en el mundo son víctimas de este tipo de ardid laboral. Es más, se estima que en el año 2016 aproximadamente 25 millones de personas trabajaron en algún momento de manera forzada, bien sea en el ámbito de la construcción, del empleo doméstico o en la producción industrial, además de personas que son explotadas sexualmente y los trabajos forzados impuestos por el Estado.
  • Matrimonios forzados: En Asia ocurre mucho que las familias venden a sus hijas a cambio de una dote cuantiosa, sin importar si esta joven desea o no casarse. Pero también, algunas culturas del mundo permiten el matrimonio de hombres con niñas, lo cual es otro tipo de esclavitud, porque estas pequeñas deberán a pasar a formar parte de su propia familia y se espera de ellas un conjunto de acciones no aptas para su edad y nivel mental.
  • Trabajo infantil: No importa si esto se da por condiciones de necesidad dentro de una familia o por medio de la trata de blancas para la esclavitud moderna, lo cierto es que emplear a un niño para exigirle una jornada mayor a un adulto y pagarle menos o simplemente no pagarle en absoluto, es una de las formas de esclavitud modernas más extendidas en la actualidad.

En 2021, se alcanzó el objetivo inicial de que 50 países ratificaran el Protocolo sobre Trabajo Forzoso. Pero la lucha no termina aquí. Se sigue trabajando para conseguir que más países se unan para acabar con la esclavitud moderna.

Chile

La abolición legal de la esclavitud en Chile se produjo a comienzos del siglo XIX, luego de un largo proceso de debates políticos. Por insistencia de Manuel de Salas, destacado político e intelectual chileno, se promulgó la ley de libertad de vientres el 15 de octubre de 1811. Como la esclavitud fue una condición jurídica que se heredaba por vientre materno, todos los hijos nacidos de madre esclava serían libres desde ese momento. La disposición afectaba también a las esclavas que fuesen vendidas al extranjero y a cualquier esclavo que llegara a Chile y que se mantuviera en el territorio por un lapso de seis meses.

El 23 de junio de 1823, José Miguel Infante presentó al  Congreso un proyecto que proponía la abolición total de la esclavitud. Una vez aprobado, se declaró libre a todos aquellos que habían nacido esclavos desde 1811. La medida benefició a cerca de 5.000 personas que vivían en esa condición, según Guillermo Feliú Cruz.

Sin embargo, en la práctica la abolición legal no significó necesariamente que estos esclavos dejasen sus antiguas labores ni que adquiriesen mayor autonomía. El francés Gabriel Lafond du Lucy, quien visitó el país en los años posteriores mencionaba que «La servidumbre se componía de muchos esclavos blancos y negros, porque en Chile hay esclavos blancos lo mismo que los europeos, proviniendo estos de la mezcla continua de las razas mezcladas y de los blancos. Aunque la esclavitud esté hoy abolida, han quedado algunos esclavos en las casas patricias, donde han sido educados con tanto cuidado que llegaba a mirárseles como perteneciendo a la familia». Más adelante, describía algunas de sus labores: «Sus madres, viejas sirvientes, ocupábanse del lavado y de los menudos trabajos domésticos. Los hombres tenían a su servicio dos y tres sirvientes traídos del campo llamados peones. A estos se les confiaba el cuidado de los caballos, acompañando también a sus patrones en sus frecuentes viajes a las haciendas».

* Varias fuentes

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *