De acuerdo a información del diario digital penquista Resumen.cl, «R. C. R y V. K. son maltratadores. Avisen a la ACHS. Hagan sumarios», fue el mensaje que escribió a sus compañeros en el chat de teems, minutos antes de lanzarse al vacío desde el piso 14 del Ministerio de Hacienda, la joven abogada P.M.S.T de 37 años de edad. Titulada de la Universidad de Chile, magíster en derecho y especialista en derecho tributario, había tenido un paso previo en el Servicio de Impuestos Internos y hace tres años se desempeñaba en la unidad de Defensoría del Contribuyente (DEDECON), de la cartera.
Las autoridades de hacienda han negado que existan denuncias formales de maltrato y el caso de esta joven mujer se une al del gasfiter muerto debido a una extenuante jornada laboral en La Moneda.
Los hechos demuestran que los derechos laborales son pisoteados en las instituciones más importantes del Estado, y también nos revelan una orfandad y soledad de los trabajadores y trabajadoras, que incluso cuestiona la autonomía y poder efectivo de las organizaciones gremiales en el sector público.
No es sólo La Moneda y el Ministerio de Hacienda quienes debieran acusar recibo de estos trágicos acontecimientos, sino que también las agrupaciones gremiales que, inclumpliendo su razón de existir, permiten los tratos abusivos, la precarización laboral y hacen vista gorda a lo que ocurre entre sus socias y socios.