Han pasado 118 años desde que la Plaza Colón de Antofagasta y las calles cercanas se tiñeron de rojo. Fue un 6 de febrero del año 1906 cuando se inició la primera huelga de los obreros del Ferrocarril Antofagasta Bolivia, quienes pedían mejoras laborales y demandaban la implementación de media hora legal de colación para evitar descuentos salariales provocados por la lejanía de sus hogares y los retrasos en sus horarios de llegada.
Según el historiador José Aguirre, «otra razón fue que pedían que el tipo de cambio se pagara 18 peniques, pedían media hora más para almorzar, fundamentalmente que se tuviera consideración, porque los trabajadores que ingresaban tarde a sus turnos sufrían descuentos porque a medida que la ciudad fue creciendo las habitaciones eran más lejanas y eso involucraba mayor tiempo de traslado».
El 29 de enero en la sede de la Gran Unión Marítima, se oficializó la huelga, contando con el apoyo de ferroviarios, salitreros, marítimos y diversos gremios.
Al día siguiente Antofagasta amaneció paralizada, y fue así como el diario de la época, «El Industrial», informó sobre el comienzo del movimiento obrero: «Se acaba de iniciar un movimiento obrero encabezado por los operarios del Ferrocarril, para conseguir una jornada de 8 horas y media hora más de reposo para almorzar tranquilos».
Los obreros convocaron a una masiva marcha en la Plaza Colón, mientras que, compuesta por españoles, dueños de comercios, tiendas y clubes, gente del mundo empresarial y ricos, formaron la denominada «Guardia del Orden». El Intendente Daniel Santelices legalizó la conformación de este grupo, el que armado y junto a la intervención del «Regimiento Esmeralda» y el crucero «Blanco Encalada», intentaron intimidar a los obreros movilizados.
El 6 de febrero miles de huelguistas se reunieron en la plaza, convencidos de luchar contra la opresión capitalista. Al negarse la media hora de colación se desencadenó la furia de muchos obreros, quienes, cansados de malos tratos y condiciones laborales miserables, decidieron protestar, pese a permanecer rodeados por una fuerte presencia militar.
Fueron entre 2.000 a 3.000 los trabajadores concertados en la Plaza Colón (no se tienen cifras oficiales), liderando una lucha colectiva y levantándose contra la súper explotación y la miseria.
«El Industrial» informó sobre el «tiroteo»: «Fue nutridísimo y duró tres minutos, al cabo de los cuales las autoridades pudieron darse cuenta de la horrible matanza» (febrero de 1906).
Los obreros sobrevivientes no lograron conquistar el derecho a media hora de colación. Sin embargo, hasta hoy el pueblo trabajador atesora en la madera noble de su arquitectura la admirable lucha que dieron sus compañeros por alcanzar mejoras laborales y dignidad.
*Se usaron varias fuentes para la redacción de esta nota.