Impactos de los tratados de comercio e inversión en América Latina y el Caribe se llama la investigación realizada por las entidades especializadas Sepla, Universidad Nacional de San Martín, Chile Mejor sin TLC, TNI y Clacso, basada en el estudio ¿Son los TLC beneficiosos para Chile?, un análisis de impacto a partir de los TLC con los principales socios comerciales. El material es imprescindible para conocer las nuevas dinámicas y procedimientos de las relaciones de intercambio e inversiones del régimen capitalista, sobre todo, entre las economías centrales y las periféricas, como la chilena. Abajo se encuentra el capítulo del informe respecto de las Recomendaciones de Política Pública, y al pie del texto está un enlace para leer el estudio completo.
Recomendaciones de Políticas Públicas
Dado que no existen auditorías periódicas a los TLC y tampoco análisis de impactos realizados por organismos técnicos autónomos, tampoco se promueve un debate social amplio respecto a política comercial y firma de acuerdos, sumado a que el modelo que amparan los TLC es que las economías periféricas desarrollen su matriz productiva en función de la necesidad de materias primas de los centro económicos globales, consideramos fundamental desarrollar políticas públicas en tres dimensiones: 1) Participación efectiva de la sociedad civil, 2) repensar la matriz económica y de desarrollo actual y 3) el fortalecimiento de organizaciones de base.
1.- Participación efectiva de la sociedad civil en la toma de decisiones en torno a los acuerdos comerciales, generando instancias de discusión previas con representantes de organizaciones y movimiento sociales, junto a parlamentarios de las regiones más afectadas por las actividades extractivas. Se propone que estas discusiones sean vinculantes y se mantengan durante todo el proceso de formulación del acuerdo hasta su negociación y momento de voto en las cámaras.
Para que este proceso sea equilibrado es central contar con antecedentes técnicos que insumen la discusión; informes de impactos realizados por instituciones autónomas ad-hoc que puedan dar cuenta de las consecuencias que han tenido la firma de distintos acuerdos comerciales en el empleo, en los territorios y en la calidad de vida de las personas. Fortalecer un diálogo democrático es central para pensar una política comercial adecuada integrando a los pueblos. Esto sumado a campañas de información popular que comprendan medios de comunicación masiva y también espacios de formación como escuelas y universidades.
Promover el debate público en el que se puedan incorporar todas las visiones y no solo las de las corporaciones interesadas en profundizar el actual modelo de
desarrollo.
2.- Repensar la matriz económica primario extractiva de Chile y su dependencia de las exportaciones es clave para establecer parámetros que permitan generar
un modelo que ponga en el centro no solo la exportación como mecanismo de recaudar ingresos para el país, sino más bien pensar en un estructura productiva robusta que priorice la generación de empleo de calidad, actividades que no impacten en el medioambiente, estructuras productivas con valor agregado que permitan construir una industria independiente de las fluctuaciones del mercado internacional. En este sentido, cuestionar el modelo de desarrollo que se ha mantenido en Chile durante las últimas décadas es central. Una nueva matriz productiva puede permitir que el país proteja el medio ambiente y de forma paralela genere valor desde otras actividades productivas que no sean las primario extractivas. El modelo de desarrollo en Chile tiene serias limitaciones a nivel de crecimiento y también en torno a la generación de empleo de calidad, las actividades de la matriz productiva nacional no permiten que el país pase a otro estadio en el cual se pueda priorizar realizar actividades que no impacten de forma negativa el medio ambiente, que no se base en el extractivismo como eje de ganancia y que permita un crecimiento sostenido basado en actividades que estén en armonía con los territorios y comunidades.
3.- Fortalecer organizaciones de base como pueblos indígenas, sindicatos, organizaciones vecinales y territoriales, generando espacios reales de toma de decisiones en el ámbito productivo y comercial. Esto implica establecer una relación de simetría urgente para el debate de un nuevo modelo de desarrollo, que implique crecimiento con sostenibilidad imbricado con las necesidades de los pueblos. Es fundamental establecer discusiones en un escenario de equilibrio de poderes entre corporaciones y sociedad civil, especialmente porque son los trabajadores/as quienes con su fuerza de trabajo permiten que se lleven a cabo todos los procesos productivos.