El pasado 9 de noviembre, en la comunidad Altos Playa Amarilla de Coloso, al sur de Antofagasta, una vecina del sector fue encontrada fallecida en su vivienda, quien se quitó la vida ante el inminente desalojo por parte de minera Escondida (BHP).
La vecina Sara Levancini había convertido un sitio eriazo en un verdadero bosque, pues se encargó de recuperar la zona y realizó una completa reforestación.
El sueño de su vida, su edén y su refugio -como ella lo llamaba-, comenzó a desvanecerse cuando la empresa minera transnacional inició los trámites para desalojarla de dicho terreno.
El día miércoles 8 de noviembre la vecina publicó en facebook el que sería su último mensaje a la comunidad, ocasión en que relató que por una estafa que sufrió se vio obligada a ocupar el lugar, “porque no tenía en qué sostenerme”.
“Voy a ser desalojada mañana, injustamente, un lugar que construí en prácticamente seis años. Este terreno me enteré después que era de Escondida, reforesté, construí mi espacio, pasó a ser mi refugio, en el cual también construí mi taller, con puro material reciclado”, había indicado en el video.
La comunidad llora la partida de Sara y se han producido diversas muestras de cariño y homenajes hacia quien se la jugó por recuperar un espacio que se encontraba abandonado.
En tanto, diversas organizaciones sociales han realizado duras críticas a la minera. El Movimiento de Pobladores y Pobladoras Vivienda Digna de la región de Antofagasta llamó a las autoridades a “mirar con ojos de humanidad lo que condujo a la compañera Sara Levancini a tomar la decisión fatal” y agregó que, “Repudiamos a la minera Escondida por el acto de no negociación y que lamentablemente el Estado no se haya hecho cargo en darle una solución habitacional a la compañera cuando lo solicitaba”.
Por su parte, la dirigenta social de Antofagasta, Elizabeth Andrade, Premio Nacional de Derechos Humanos 2022, afirmó que “a Sara no sólo le negaron el espacio de vida, este oasis verde en medio del desierto, su hogar y fuente de ingreso, su Edén, que ella construyó de sus manos para seguir con su creación; a Sara le quitaron su paz, su esfuerzo y, sobre todo, su vida”.
Andrade también tuvo duras críticas hacia la empresa multinacional Minera Escondida (BHP), a quienes calificó en su actuar “como un acto vil, inhumano y despreciable”, y agregó que, “Condenamos el actuar de la empresa, del poder judicial y del poder legislativo, que no tienen escrúpulos, ni siquiera para referirse a Sara por su nombre. Los desalojos golpean en nombre del rol de un terreno, sin siquiera mencionar a sus víctimas”, agregó.