El 21 de marzo se aprobó en el Senado el proyecto de Ley “40 horas”, que va a permitir reducir la actual jornada laboral de 45 a 40 horas semanales. El investigador de Fundación SOL, Gonzalo Durán, explica que esta iniciativa fomenta la flexibilidad laboral, y deja varios vacíos en favor del empresariado en torno a su implementación y condiciones, dejando en manifiesto la necesidad de fortalecer los sindicatos y la negociación colectiva en nuestro país.
Por Catalina Elías
El 21 de Marzo fue aprobado en el Senado el proyecto de ley “40 horas”, iniciativa que tiene como objetivo reducir la actual jornada laboral de 45 horas semanales, a un promedio semanal de 40 horas que pueden ser distribuidas en un ciclo de hasta cuatro semanas. Cabe mencionar que serán excluidos de la ley quienes que presten servicios como gerentes, administradores, apoderados con facultades de administración y todos quienes trabajen sin fiscalización superior inmediata en razón de la naturaleza de las labores desempeñadas.
Si bien este proyecto parece conciliar finalmente el tiempo de trabajo con la vida familiar y el tiempo de ocio, para el investigador de Fundación Sol, Gonzalo Durán, la ley desconoce la asimetría de poder entre sindicatos y empleadores, dejando ede manifiesto la necesidad de fortalecer la sindicalización y la negociación colectiva en Chile.
Al igual que Fundación SOL, Gonzalo Durán indica tres puntos importantes sobre este proyecto de ley que quedan vacíos a favor del empresariado: el tiempo y la gradualidad de implementación de la ley, la posibilidad de jornadas laborales de hasta 52 horas y el peligro de la “hora de colación”.
Jornada de 40 horas … recién en 2028
De ser aprobada, la implementación de la ley se llevaría a cabo con gradualidad en un plazo de cinco años, es decir, sus beneficios de ley se concretarán el año 2028. Según Gonzalo Durán, que se dé el mismo plazo de tiempo tanto para pequeñas como grandes empresas, permitiría que estas últimas opten por medidas para eludir la reducción de jornada laboral a lo largo de este periodo.
También los empleadores podrían realizar en la relación contractual con los trabajadores, el despido de quienes hoy están contratados a tiempo completo y a cambio se contraten trabajadoras y trabajadores en la nueva media jornada de 27 horas (o incluso en modalidades de menos carga horaria, como ya sucede en el retail, con las llamadas jornadas “peak time”).
Jornadas laborales de hasta 52 horas semanales
El proyecto de ley permitirá distribuir las horas de trabajo en base a un promedio semanal de 40 horas en un ciclo de hasta cuatro semanas, donde, en el caso de ser un trabajador sindicalizado, la empresa deberá llegar a un acuerdo colectivo con el empleador.
Es decir, en una semana se podría alcanzar una jornada laboral de 52 horas, y en otras semanas se podrá trabajar menos para alcanzar al promedio de 40 horas semanales. En este apartado, también se permite el no pago de horas extras, que podrían ser reemplazadas por días feriados (cinco como máximo) si se acuerda a través de una negociación.
Para Gonzalo Durán, es necesario aterrizar el proyecto a la situación actual de los sindicatos en Chile, donde la cifra de sindicalización laboral en chile alcanza un 20% y la negociación colectiva apenas llega a un 10%.
Actualmente en Chile ¿los sindicatos de trabajadores cuentan con el poder y autonomía suficiente frente al empleador, para evitar que se tomen decisiones unilaterales sobre estos temas?
Según Durán, para que este proyecto de ley tenga un cambio efectivo y real, se deben fortalecer los sindicatos de trabajadores y la negociación colectiva en el corto plazo, sin dejar de tener en cuenta el actual salario mínimo en Chile y el actual sistema de cuidados en nuestro país, dos puntos fundamentales ante la ley.