El 1° de mayo no es sólo un feriado más en el calendario; es una fecha cargada de memoria y lucha en que conmemoramos el Día Internacional de las y los Trabajadores.
Como clase trabajadora, lo más apropiado es conmemorar el 1° de mayo, en lugar de simplemente celebrarlo.
El término «conmemorar» refleja el carácter de memoria histórica de esta fecha, que honra las luchas de los trabajadores por derechos laborales, como la jornada de 8 horas, y recuerda a los mártires de Chicago de 1886. Aunque puede haber actividades festivas, el foco está en reflexionar sobre los sacrificios, avances y desafíos del movimiento obrero.
Puedes conmemorar participando en marchas sindicales (CUT), informándote sobre la historia obrera, asistiendo a eventos comunitarios, dialogando con compañeros sobre condiciones laborales o simplemente descansando mientras reflexionas sobre la importancia del trabajo digno. La elección depende de tus intereses, pero el espíritu es mantener viva la memoria y el compromiso con la justicia laboral.
En Chile, el 1 de mayo nos invita a recordar la memoria histórica del movimiento obrero, marcada por luchas, sacrificios y conquistas en un contexto de desigualdad y represión. Las memorias clave incluyen:
- La «Cuestión Social» (siglo XIX): Las precarias condiciones de los trabajadores en la era del salitre, con jornadas de hasta 16 horas, trabajo infantil y ausencia de derechos, que dieron origen a las primeras organizaciones obreras.
- Masacres y represión: Episodios como la Matanza de Santa María de Iquique (1907), donde miles de obreros salitreros fueron asesinados por exigir mejores condiciones, simbolizan el costo humano de la lucha obrera.
- Hitos de organización: La fundación de la Federación Obrera de Chile (FOCH) en 1909 y la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) en 1953, que unificaron a los trabajadores y lograron avances como el Código del Trabajo (1931).
- Figuras emblemáticas: Líderes como Luis Emilio Recabarren, quien impulsó el socialismo y la prensa obrera, inspirando la resistencia.
- Unidad Popular y dictadura: El rol activo de los trabajadores durante la Unidad Popular (1970-1973) en la nacionalización del cobre, y la brutal represión bajo la dictadura de Pinochet (1973-1989), que desmanteló sindicatos y precarizó el empleo.
- Resistencia y resiliencia: Las formas de resistencia durante la dictadura, como huelgas mineras y ollas comunes lideradas por mujeres, y las luchas recientes, como la huelga de Walmart Chile (2024) o la reducción de la jornada a 40 horas (2024). Pero los desafíos persisten: sueldos mínimos insuficientes ($510.000 en 2024), sindicalización débil y una economía que prioriza el capital sobre el trabajo.
La historia obrera chilena no es un relato lineal de triunfos; es una trama de sacrificios y aprendizajes. Hoy, frente a la desigualdad y la precariedad, el mensaje es claro: la unidad y la politización son esenciales. Conmemorar el 1° de mayo es recordar que los derechos no son concesiones, sino fruto de luchas colectivas. El futuro del trabajo digno depende de no olvidar eso.
No vulnerar los derechos de los trabajadores.