El economista de Fundación SOL, Marco Kremerman, fue entrevistado por la Radio de la Universidad de Chile sobre las recientes políticas y proyecciones financieras del Estado, ámbito que afecta directamente a las y los trabajadores.
«Los informes de finanzas públicas que publica el Ministerio de Hacienda a través de la Dirección de Presupuesto son de carácter trimestral, donde se comunican los ingresos del Fisco y de los gastos que proyecta realizar», indicó el economista y agregó que «Para ello, Hacienda considera diversos supuestos, como el precio del cobre, el dólar, estimaciones de ingresos, entre otros. Ahora bien, paralelamente, el Fondo Monetario Internacional (FMI), a propósito de los avisos arancelarios del gobierno de Trump, esta semana señaló que Chile, en vez de crecer un 2.2 % (PIB), sólo lo haría un 2 % en el año 2025».
Asimismo, Kremerman precisó que «existen presiones para que el Estado chileno reduzca ciertos gastos. En ese sentido, el Gobierno establece que podría haber un ahorro de 2 mil millones de dólares, equivalente al 0.58 % del PIB para este año. La presión de reducción de gasto fiscal proviene del sistema político y el gran empresariado, los cuales se han dado ante sí una regla de balance fiscal, o sea un cierto equilibrio entre ingresos y gastos. Al respecto, el año 2024 terminó con un déficit en torno al 3 % del PIB, lo que resultó bastante alto en relación al 1.1 % del PIB que se había puesto como meta el Gobierno. Sin embargo, Chile hace 25 años que lleva recaudando sólo el 20 % de su propio PIB, en materia de recaudación tributaria, mientras que las necesidades sociales se han ido incrementando con el tiempo (como el gasto que significa la PGU)», y añadió que «por eso resulta insostenible que el Estado quiera mantener la economía ordenada. O sea, el Estado seguirá teniendo problemas si la torta no crece (si los ingresos tributarios del Fisco no crecen) y a la vez, aumentan los gastos de las necesidades que la ciudadanía precisa».
– ¿Por qué las presiones para el achique de los gastos vienen de la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC, gremio patronal)?
«Es paradojal que los grandes empresarios presionen al Estado para jibarizar el gasto público, mientras que ese mismo gasto colabora para moderar el efecto económico en la clase trabajadora de los bajos salarios pagados por el empresariado. Sobre todo en un país donde hay que pagar por la educación, la salud, los trabajadores deben seguir laborando tras jubilar porque no les alcanza con las pensiones AFP, etc. La CPC no habla desde la racionalidad, sino que desde sus intereses de clase. Además, de acuerdo al último informe del Servicio de Impuestos Internos, ha habido un crecimiento de la evasión y elusión tributaria de los empresarios y del IVA igual a 10 mil millones de dólares; sin mencionar que el 1 % más rico de la población paga en impuestos mucho menos que la mayoría de la sociedad.»