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Chile. Violeta Parra: la trabajadora del arte que enciende al mundo

El 4 de octubre nació en San Fabián de Alico, provincia de Ñuble, Violeta del Carmen Parra Sandoval, hija de Clarisa Sandoval, campesina, y de Nicanor Parra, profesor de música. Su infancia transcurrió en el campo. Hasta el día de hoy, existe una controversia en diferentes comunidades de la Provincia de Ñuble con respecto al lugar de nacimiento de Violeta.

La familia se trasladó a la ciudad de Lautaro, en la Región de La Araucanía, donde el padre consiguió trabajo como profesor en el regimiento de esa localidad. En el viaje, Violeta contrajo la viruela, enfermedad que relató en sus décimas autobiográficas.

Luego la familia se mudó a Chillán. Durante este período, Violeta se inició en la guitarra y el canto junto a sus hermanos Hilda, Eduardo y Roberto.

Por insistencia de su hermano Nicanor, Violeta partió a Santiago para asistir a la Escuela Normal, donde vivió con parientes. Más tarde se marchó junto a su madre y hermanos a la calle Edison, en la comuna de Quinta Normal.

Tras un tiempo, Violeta dejó los estudios para trabajar con sus hermanos. Los Parra cantaron en boliches del barrio Mapocho, en el Tordo Azul y en el Popular. Interpretaban boleros, rancheras, corridos mejicanos y otros estilos.

En 1938, se casó con Luis Alfonso Cereceda Arenas, ferroviario. Ganó una Mención Honrosa en un concurso de poesía. El matrimonio vivió en Santiago y el 29 de mayo nació su hija Isabel.

La familia se trasladó a Valparaíso, donde nació su hijo Ángel. Violeta se unió a una compañía de teatro que realizó giras por todo el país, en la que cantó canciones españolas y se hizo llamar Violeta de Mayo. En 1944 ganó un concurso de canto español en el Teatro Baquedano.

Tras un año de residencia en Valparaíso, Violeta regresó a Santiago. Junto a sus hijos, Isabel y Ángel, se dedicó a cantar en un espectáculo español en la confitería Casanova propiedad del empresario conocido como “Buddy Day”.

En 1948, Violeta se separó de Luis Cereceda. Canta con su hermana Hilda, y juntas se hacen llamar Las Hermanas Parra.

Conoció a Luis Arce y contrajo matrimonio por segunda vez. Cantaba con su hermana Hilda en la Hostería Las Brisas (paradero 22 de Gran Avenida, sector donde vive en ese entonces) y realizó junto a ella sus primeras grabaciones para el sello RCA Víctor.

En 1950 nació su hija Carmen Luisa, y dos años después comenzó a trabajar en circos populares. Con sus hijos hizo giras por el país y por los alrededores de Santiago. Impulsada por su hermano Nicanor Parra inició el rescate, recopilación e investigación de la auténtica música folclórica chilena. Abandonó su antiguo repertorio y presentó varios recitales en las universidades. Nació su hija Rosita Clara.

Compuso sus primeras canciones basadas en las formas folclóricas tradicionales. Grabó dos singles para el sello EMI-ODEÓN, que la ubicaron en el primer plano de popularidad. Conoció a don Isaías Angulo, inquilino del fundo El Porvenir y guitarronero, quien le enseñó la ejecución del instrumento y además le obsequió su primer guitarrón, instrumento original chileno de veinticinco cuerdas con que se acompañan los cantos a lo divino y a lo humano. Conoció a cantantes campesinos en los alrededores de Santiago. Su hermano Nicanor y su hijo Ángel la acompañaban en estos encuentros musicales. Inició su plan de investigación folclórica por todo el país. Se relacionó con cantores populares de la costa, la cordillera e Isla de Pascua. En una velada en su casa, Pablo Neruda la presentó a sus amistades. Más tarde, le escribe el poema: “Elegía para cantar”.

En 1954, condujo e hizo libretos junto a Ricardo García para Radio Chilena, “Canta Violeta Parra”, programa radial de difusión folclórica con locución y libretos de Ricardo García. Obtuvo el Premio Caupolicán, otorgado a “La mejor folclorista del año” por la Asociación de Cronistas de Espectáculos. Un mes más tarde, viajó por primera vez a Europa invitada al V Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, en Varsovia (Polonia). Desde allí se trasladó a París, Francia, donde residió durante dos años, realizando incontables presentaciones y contactos para la difusión de su trabajo. Grabó en la fonoteca del Museo del Hombre de la Sorbonne en París. Allí dejó un guitarrón y cintas de sus recopilaciones de folklore chileno. Viajó a Londres, donde realizó grabaciones para EMI-ODEÓN y para emisiones radiales de la BBC. En Santiago murió su hija Rosita Clara.

En marzo de 1956, grabó en París 16 temas para el sello francés Le Chant du Monde, el cual lanzó sus dos primeros discos bajo el título Chant et Danses du Chili. En noviembre se embarcó en Italia para regresar a Chile. Una vez de regreso, grabó el primer LP de la serie “El folklore de Chile” para el sello EMI-ODEÓN: Violeta Parra, canto y guitarra, en el que incluyó tres composiciones de su autoría.

En noviembre de 1957, se trasladó al sur con sus hijos Carmen Luisa y Ángel, contratada por la Universidad de Concepción. Realizó investigaciones folclóricas descubriendo las cuecas del sector. Grabó su segundo álbum para EMI-ODEÓN, además del LP Composiciones de Violeta Parra, en el que incluyó dos anticuecas. Por esta época planeó un ballet folclórico bajo el título El gavilán. Realizó entrevistas radiales y lecturas de sus décimas y centésimas en Concepción. En Estados Unidos, el afamado músico Les Baxter grabó una versión instrumental de su “Casamiento de negros”.

El 22 de enero de 1958, fundó el Museo Nacional del Arte Folclórico Chileno, dependiente de la Universidad de Concepción. Participó en el Segundo Encuentro de Escritores de esa ciudad. Aparecieron los LP La cueca y La tonada presentados por Violeta Parra, con carátulas de los pintores chilenos Julio Escámez y Nemesio Antúnez, respectivamente. Regresó a Santiago. Incursionó en la cerámica, comenzó a pintar y a bordar arpilleras. Construyó su “Casa de Palos”, en la calle Segovia de la comuna de La Reina, y ofreció recitales en los centros culturales más importantes de la capital. Viajó al norte a investigar y grabar la fiesta pagano-religiosa de La Tirana. Compuso música para el poema “Los burgueses”, de Gonzalo Rojas. Desde ese 18 de septiembre en adelante, celebró la fiesta nacional con una ramada en la que cantaba y bailaba cueca. Escribió las “Décimas autobiográficas”, obra que narra en versos su vida desde su infancia hasta su viaje a Europa. Acompañó las primeras grabaciones de su hija Isabel, quien interpretó canciones originales de Violeta.

Viajó a recopilar el folclore de la Isla de Chiloé, en el sur, donde organizó recitales, cursos de folclore, cerámica y pintura. También viajó junto a su hija Isabel al norte de Chile, esta vez invitada por una universidad a realizar cursos de folclore. Escribió el libro “Cantos folklóricos chilenos”, que reúne toda la investigación llevada a cabo hasta ese momento, con fotografías de Sergio Larraín y partituras musicales de Gastón Soublette. Comenzó a componer música para documentales chilenos. Producto de una severa hepatitis, su labor como arpillerista y pintora alcanzó gran desarrollo. Tanto es así, que ese mismo año expuso sus óleos y arpilleras en la Primera Feria de Artes Plásticas al aire libre en el Parque Forestal.

En 1960, efectúa una gira al sur de Chile en jornadas folclóricas con sus hijos Isabel y Ángel, el conjunto Cuncumén y Julio Alegría, encargado. Actuaron en Valdivia y llegaron a Puerto Montt el día del terremoto que destruyó la ciudad. Su hermano, Nicanor Parra, grabó el poema “Defensa de Violeta Parra” acompañado de Violeta en la guitarra. En diciembre participó en la Segunda Feria de Artes Plásticas del Parque Forestal. Se editó el LP Toda Violeta Parra, con fotografías de Fernando Krahn y notas de Gastón Soublette. Es el primer LP que incluyó sólo sus composiciones. El 4 de octubre, día de su cumpleaños, conoció a Gilbert Favre, músico de origen suizo.

Un año después, viajó a Argentina donde residió primero en General Picó, en la casa del gobernador. Cantó en la peña El Alero e impartió cursos de folclore, cerámica, pintura y arpilleras. En Buenos Aires expuso sus pinturas, actuó para la televisión, ofreció recitales en el teatro IFT, y grabó un LP de canciones originales.

En hjunio de 1962, se reunió con sus hijos en Buenos Aires y se embarcaron juntos a Europa invitados al Festival de la Juventud, en Finlandia. Viajaron por la Unión Soviética, Alemania, Italia y Francia. Se establecieron en París. Cantaron en la Candelaria y L´Escale, y junto a sus hijos ofreció recitales en el Théatre Des Nations de la UNESCO. Los Parra de Chile se presentaron en radio y televisión. Vivió en la rue Monsieur le Prince. Bordó arpilleras e hizo esculturas en alambre. Vivió con Gilbert Favre en Ginebra, donde ofreció recitales en teatros y estudios de televisión junto a sus hijos y nieta. Expuso su obra plástica, y repartió su tiempo entre Francia y Suiza. Llevó adelante una serie de conciertos en Ginebra, televisión y nuevas exposiciones. Violeta se mantuvo componiendo canciones, realizando pinturas, arpilleras y esculturas.

Grabó en París composiciones revolucionarias y campesinas que aparecieron casi una década más tarde en el álbum Canciones Reencontradas en París. Los Parra actuaron en la fiesta del diario L´Humanité, del Partido Comunista francés y Violeta participó con sus hijos en la grabación de su primer álbum como Los Parra de Chillán.

En abril de 1963, Violeta expuso sus arpilleras, óleos y esculturas de alambre en el Museo de Artes Decorativas, Pabellón Marsan del Palacio del Louvre. Fue la primera exposición individual de un artista hispanoamericano en dicho museo.

En 1965, se publicó en Francia su libro Poésie Populaire des Andes. En Ginebra, la televisión suiza filmó el documental Violeta Parra bordadora chilena, el cual muestra a la artista y toda su obra. Violeta retornó definitivamente a Chile en junio. Cantó con sus hijos en la Peña de los Parra, ubicada en la calle Carmen 340, y publica por ODEÓN el LP Recordando a Chile (Una chilena en París) y un disco de 45 rpm junto a su hija Isabel. Fue invitada a la Feria Internacional de Santiago (FISA), donde instaló una peña folclórica. Participó en nuevos programas para Radio Minería y Televisión Nacional de Chile. En diciembre inauguró en La Cañada 7200, comuna de La Reina, el centro cultural La Carpa de La Reina.

Un año después, EMI-ÓDEON editó el LP Carpa de la Reina, colaboración de Violeta y otros artistas, y el EP El tocador afuerino trabajo instrumental para cuatro y quena desarrollado junto a Gilbert Favre. Viajó a La Paz (Bolivia), y se presenta con Gilbert Favre en la Peña Naira. Volvió a Chile con grupos del altiplano que presentó en su carpa en televisión y en la Peña de los Parra. Invitada por René Largo Farías y su programa “Chile Ríe y Canta” ofreció conciertos en diferentes teatros del extremo sur de Chile. Acompañada por sus hijos y el uruguayo Alberto Zapicán grabó para el sello RCA Víctor el LP Las Últimas Composiciones de Violeta Parra.

El 5 de febrero de 1957 murió en su carpa de La Reina. Con posterioridad a su fallecimiento se sucedieron actos recordatorios de homenaje a su figura y su obra artística, tanto en Chile como en el extranjero. Durante los años siguientes se organizaron, en tributo a su figura, una serie de conciertos y actos artísticos, exposiciones de sus arpilleras y pinturas, obras de teatro, veladas poéticas, recuperación de su obra visual, discografía y fotos. Comenzaron a publicarse incontables libros, estudios, ensayos, tesis doctorales, seminarios, debates y mesas redondas centradas en su creación.

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