La radio de la Universidad de Chile realizó una entrevista sobre la reforma de pensiones, en tramitación, con la integrante de la Fundación SOL, María José Azócar.
En la ocasión, Azócar precisó que «originalmente esta reforma de pensiones propuso un 6 % adicional a un fondo común, pero hoy la discusión es si de ese 6 % un 0,5 % irá al fondo común, o definitivamente todo el 6 % terminará en cotización individual. Lo fundamental aquí es saber por qué ha resultado tan difícil hacer una reforma estructural al sistema previsional, cuando la discusión lleva décadas, con inmensas movilizaciones sociales en contra de las AFP de por medio», y agregó que, «existen intereses económicos muy grandes tras este sistema que es un gran negocio para compañías de seguros de vida internacionales y para los grandes grupos económicos locales. Y en esos términos, hemos observado cómo las empresas han financiado campañas políticas, hecho lobby, etc. Asimismo, la discusión de ideas al respecto, cuando una la ve por televisión, no se comprende, es opaca».
La especialista de Fundación SOL indicó que «Se habla de la tasa de reemplazo y la tasa de rentabilidad. Sobre la tasa de reemplazo, una de las justificaciones para no hacer ningún cambio al sistema establecido y llevar ese 6 % a la capitalización individual, es que ‘lo importante’ estaría en beneficiar a las ‘clases medias’, y no a las clases más empobrecidas porque la PGU solucionaría el problema para ese sector social. La tasa de reemplazo es la relación entre el monto de la pensión y el promedio del sueldo de un trabajador en sus últimos 10 años de ocupación. Y, mirando el sistema, en el año 2023 la tasa de reemplazo fue de un 27,7 %. Ello quiere decir que las personas que en sus últimos 10 años de empleo remuneraron un promedio de poco más de un millón de pesos, pues tienen una pensión de apenas 300 mil pesos. En tanto, quienes cotizaron durante uno y 5 años sobre un sueldo de $ 237 mil pesos, reciben la PGU del Estado, cuyo monto es de $ 214 mil pesos. Claro, en ese caso la tasa de reemplazo es alta respecto de la anterior. Sin embargo, de allí no se deduce que esas personas están bien. De hecho, de acuerdo a un estudio de la Universidad de Chile del año 2024, más de un 32 % de la población de la tercera edad se encuentra en riesgo de desnutrición. Y un 33,5 % del total de los pensionados sólo percibe la PGU, y se proyecta que en el futuro esa cantidad de gente va a aumentar. Igualmente, el gasto de un hogar de una persona de 65 años o más equivale a $ $430 mil pesos. Frente a esto, nosotros proponemos que nadie tenga una pensión menor que el salario mínimo».
María José Azócar, junto con mencionar medidas políticas asociadas al problema previsional, donde se encuentra el sistema tributario regresivo imperante, la ausencia de una negociación sindical ramal, la necesidad de aumentar el salario mínimo, explicó que «el otro problema es la llamada tasa de rentabilidad, o sea la ganancia o pérdida que tiene una inversión en un periodo de tiempo. En este sentido, las AFP toman los fondos de pensiones, los invierten en instrumentos financieros de alguna empresa X, y mes a mes nos informan que ‘tu fondo tuvo una rentabilidad de tal o cual %. Pero lo que ocurre es que, observadas en el largo plazo, las tasas de rentabilidad van en caída libre, están disminuyendo», y añadió que «en promedio, la tasa rentabilidad en los años 80′ fue de un 12 %, en la década de los 90’ fue de menos de un 10 %, en los años 2000 fue un 5,7 %, en la década de los 2010 fue de un 4,8 %, y en esta década vamos en -o,3 %. Debido a ello, hicimos un ejercicio, tomando el periodo que va entre 1993 y el 2023 (30 años), y nos percatamos que el aporte de las personas es igual a un 66 %, mientras que la tasa de rentabilidad alcanza sólo a un 34 %. O sea, no se cumple en absoluto lo dicho por la representante de la Asociación de AFP. En consecuencia, un sistema de capitalización individual amplifica las desigualdades sociales».