El 3 de mayo de 2007 fue asesinado por agentes de Carabineros el obrero forestal Rodrigo Cisterna, mientras participaba en una protesta para exigir mejores condiciones laborales, en el exterior de la planta de Celulosa Horcones. Han transcurrido 16 años de total impunidad para los criminales materiales, los responsables políticos y la compañía perteneciente al poderoso grupo económico Angelini.
En mayo de 2007, aproximadamente 3 mil trabajadores forestales subcontratados resolvieron efectuar manifestaciones públicas por sus pésimas condiciones de trabajo. Asimismo, exigían un incremento de 40 mil pesos en relación al salario mínimo de la época.
Los subcontratados luchaban bajo la consigna, «a igual trabajo, igual salario», debido a que realizaba las mismas tareas que los obreros contratados, pero recibían peores sueldos y ningún derecho.
El 3 de mayo, tras una provocación de las Fuerzas Especiales de Carabineros, varios trabajadores que estacionaron sus vehículos en un servicentro, también propiedad de los Angelini y próximo a la planta celulosa, furon víctimas de una brutal represión policial.
Carabineros atacó a los obreros por ambos extremos de la carretera 160, usando gases lacrimógenos, coches blindados lanzaaguas y perdigones, lo cual desató un duro enfrentamiento. Los trabajadores se percataron que los uniformados destruyeron los automóviles de los manifestantes que estaban en el servicentro. Entonces el obrero Rodrigo Cisterna, con el propósito de proteger a sus compañeros, subió a una máquina cargadora frontal para interponerse entre la policía y los trabajadores. En ese momento fue acribillado con subametralladoras UZI. Rodrigo Cisterna murió al instante y 5 obreros fueron heridos.