ACCIONA es una multinacional con sede y matriz en el Estado español y que se dedica a vender servicios aeroportuarios. En Santiago de Chile, la transnacional despidió «por necesidades de la empresa» a un centenar de trabajadoras y trabajadores a inicios de marzo.
“Me afecta porque yo tengo una mamá con depresión, perdí hace un año a mi padre y me hago cargo de mi casa”, expresó J.I., una de las operarias despedidas, y agregó que “las condiciones que nosotros teníamos igual eran precarias porque tener un medio de trabajo sin frenos (tractor), en mal estado, un casino con palomas y ratones, baños sucios y sin papel higiénico, sin agua en los dispensadores con las altas temperaturas que han hecho este verano era realmente vergonzoso”.
Otra trabajadora, C.L. explicó que “Yo hasta el día 28 de febrero se suponía que estaba trabajando para ACCIONA, una de las empresas del aeropuerto. Yo era una de las tractoristas, y aquel día tuvimos una reunión con el sindicato para recibirnos sobre el tema de condiciones de trabajo, malas políticas de la empresa por pagos y un sinfín de otras cosas, lo cual tanto yo como otros funcionarios alegábamos constantemente y proponíamos (al sindicato) qué posibilidades había entonces de movilizarse para hacer presión. Ese mismo 28 de febrero fuimos llamados telefónicamente, a las 9 de la noche y fuimos despedidos, sin ninguna justificación, simplemente nos dijeron que estábamos desvinculados de la empresa y que ya no contaban más con nuestro servicio.
Muchos de los trabajadores y trabajadoras fueron despedidos vía mensajes de WhatsApp o por llamadas telefónicas sin ninguna explicación, mucho antes del término de contrato a plazo fijo estipulado para finales de marzo.
C. L., denunció que “las condiciones de trabajo eran paupérrimas, desde no tener agua en los dispensadores hasta las condiciones de infraestructura en los baños, el comedor, que eran condiciones inhumanas, o sea ni siquiera un animal come en los lugares donde estábamos nosotros sirviéndonos nuestro propio alimento. No teníamos un lugar para descansar, sólo bancas a pleno sol donde había que pelear por un lugar para sentarse. La ropa era inadecuada para el tipo de clima que teníamos en esta temporada de verano, sobre todo en el aeropuerto donde las temperaturas son como 5 grados más. Todo eso era lo que estábamos alegando con el sindicato cuando nos despidieron, y añadió que, “yo soy madre soltera, tengo un hijo con discapacidad y otro de 4 años de edad. Yo había adquirido nuevas deudas y había estado poniéndome al día con mis deudas anteriores con lo que había subsistido en la pandemia. Ahora estoy consiguiéndome recursos con familiares o tratando de ver la posibilidad de quién me presta dinero”.
Asimismo, ambas trabajadoras denunciaron desconocer qué ocurre con sus cartas de despido certificadas que aún no llegan. No tienen conocimiento de sus finiquitos ni los han podido firmar, lo que legalmente las mantiene ligada a la empresa y, por tanto, les impide buscar otro trabajo.
“ACCIONA traiciona”, comentaron las personas despedidas sólo por exigir mejores condiciones de trabajo.