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Chile. Precaria es la situación laboral que viven las y los trabajadores trans, travesti y no binarias: Hay pocas posibilidades de empleo y mucha discriminación

De acuerdo a datos del estudio Calidad del Empleo de la Población Trans, Travesti y No Binarie en Chile, incluso en espacios laborales que se creen más abiertos y progresivos respecto a la comunidad LGBTQ+, existen conductas discriminatorias y excluyentes paras las diversidades; sin embargo, la principal diferencia radica en que la hostilidad suele ser más sutil. Por ejemplo, evitar conversar con una persona trans por miedo a no saber cómo comunicarse. 

Camila* trabajaba entregando boletos de estacionamiento en un mall ubicado en una comuna del sector acomodado de Santiago. Durante una de sus jornadas laborales, uno de los autos se detuvo y la pasajera a bordo la increpó, debido a su identidad de género. 

“¿Quién eres tú?, me dijo y yo le respondí Camila, ¿pero eres hombre o mujer?, tienes la voz de un hombre y tú me estás diciendo Camila, y yo le digo ‘sí, soy una chica trans´’’, cuenta ‘‘y ahí empieza diciendo ‘¿pero cómo esta gente está trabajando acá?, voy a dejar un reclamo´, y la tipa fue hacer un testamento en un libro que tenía ahí el central parking, porque la atendió una persona trans”. 

Este es uno de los tantos relatos expuesto en el informe Calidad del Empleo de la Población Trans, Travesti y No Binarie en Chile. El sondeo, realizado por Fundación Sol y Organizando Trans Diversidades (OTD), da cuenta de la precaria situación laboral y discriminación a la que se deben ver expuestas las personas de esta comunidad constantemente. 

Según indican desde las organizaciones a cargo del estudio, la baja calidad de condiciones laborales a las que se deben enfrentar las personas trans, travesti y no binarie (TTNB) ocurren principalmente porque vivimos en una sociedad donde predomina la cisnormatividad. 

La cisnormatividad define a ciertas personas e identidades como normales y por esto se considera como un régimen político. En otras palabras, la cisnorma sitúa en la cúspide social a las personas heterosexuales y cisgénero, y marginaliza a la comunidad TTNB por rebelarse contra este orden sexual hegemónico. 

Esto repercute, por ejemplo, en que existan espacios de trabajo que se creen son exclusivos para hombres y/o mujeres. 

‘‘Ramas de actividad económica, como la construcción, que es la segunda con mayor cantidad de trabajadores/as en Chile, no son espacios seguros para el desarrollo de las personas trans, travestis y no binarias. Ya que son altamente masculinizadas, por lo que se configuran como espacios peligrosos para las disidencias’’, comenta la investigadora de Fundación Sol, Andrea Sato. 

Otra situación, que suele suceder -pero es muchas veces invisibilizada-, se refiere a que las mujeres trans son aún más discriminadas que los varones trans. 

Ante la discriminación y escasas oportunidades laborales que perciban aún más las mujeres trans, muchas veces son ellas mismas las que prefieren la opción del trabajo sexual, antes que uno ‘‘tradicional’’, para poder generar ingresos. 

Aunque para muchas/os ejercer el trabajo sexual es una opción, para otros se vuelve la única salida. Mala calidad del empleo, inestabilidad laboral, discriminación y la constante exclusión son parte de las condicionantes que se entrelazan para tal decisión.

Ante tal situación, desde OTD y Fundación Sol, señalan que aunque la abolición o regulación del trabajo sexual es un debate complejo que debe ocurrir, mientras tanto el Estado debe generar acciones concretas para asegurar un ejercicio digno de estas actividades: ‘‘Es deber del Estado regular aspectos básicos como el derecho a una previsión social para las personas que ejercen el trabajo sexual, derecho a no ser explotadas y a tener programas de re conversión e inserción laboral, si así lo necesitaran. También investigar y sancionar, con la debida diligencia, todos los casos que constituyen delitos que se dan en el contexto del abandono y precarización que viven las personas que se dedican al trabajo sexual’’.

La ausencia de oportunidades laborales son la consecuencia de una serie de obstáculos que las disidencias deben afrontar a lo largo de la vida, especialmente durante su proceso educacional. 

Por ejemplo, debido a la discriminación que provienes de sus pares, son las mismas personas TTNB las que prefieren excluirse de espacios educativos, lo que termina con una baja motivación de continuar con estudios en la educación superior y, por lo tanto, acceder a puesto laborales formales. 

La negligencia del sistema educativo en Chile, incluso en las universidades, ha condicionado que las personas de las diversidades hagan pausas en sus carreras educativas o definitivamente abandonen la educación formal.

Las apuestas para fomentar el ingreso de las personas disidentes al mundo del trabajo asalariado, deben contemplar, estabilidad, ingresos acordes al costo de vida en Chile y condiciones materiales y emocionales para un buen desarrollo de las actividades laborales: ‘‘Hay que avanzar en construir empleos de calidad, que se conviertan en espacios seguros para el desarrollo integral de todas las personas. Eso se consigue a través de políticas públicas robustas que tengan en el centro el empleo de calidad’’.

*El nombre utilizado durante la nota es ficticio para respetar el anonimato de la fuente.

Lee el estudio completo aquí.

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