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Chile. Sigue la lucha de los trabajadores subcontratados de ENAP por la indolencia de las autoridades, pero emerge las voz del sindicalismo histórico que fortalece sus razones

Ricardo Barrenechea Aguayo, es un dirigente significativo en la historia sindical de Concepción. Su labor por el fortalecimiento de las organizaciones de trabajadores y en la defensa de sus condiciones de vida, lo llevaron a participar en la formación del actual Sindicato de ENAP en la ciudad, del Comando Regional de Trabajadores y en el trabajo de la Comisión Chilena de Derechos Humanos, durante la tiranía cívico militar.

De acuerdo a la periodista María Eliana Vega, en 1971 Ricardo Barrenechea comenzó a trabajar en ENAP y al año siguiente fue votado delegado al congreso de la entonces Central Única de Trabajadores, CUT. Desde 1972 se convirtió en asesor del Comando Unido de Trabajadores del Petróleo hasta 1979, cuando fue elegido para incluirse en la primera directiva del recién fundado Sindicato de Trabajadores de la Refinería Concepción. En 1981, fue electo presidente del Sindicato hasta 1993, cuando resolvió no presentarse más a las elecciones con el fin de «darle tiraje a la chimenea». En 2001, a petición de sus compañeros de trabajo, retornó a las tareas del sindicalismo, haciendo parte de la directiva del Sindicato hasta 2007, un año antes de pensionarse.

Fondo documental Ricardo Barrenechea Aguayo

Ricardo Barrenechea, también escribió columnas de opinión en el diario El Sur, cuando ese periódico todaví era una empresa regional, y no la sucursal de El Mercurio actual. Una de ellas, publicada en agosto de 1984, se titula «Los Contratistas» y su ardiente actualidad es extraordinaria, considerando la presente huelga que realizan los trabajadores subcontratados de ENAP, quienes, junto con recibir la negligencia intransigente de la gerencia de esta empresa, han sido víctimas del comportamiento antilaboral de las autoridades gubernamentales, como la delegada presidencial Daniela Dresdner, la que afirmó que esta era una «negociación entre trabajadores y empresas» y que el gobierno se limita «a ayudar a que avance el diálogo». Lo anterior, tras no efectuar políticas eficientes a la hora de desestimar la conducta autoritaria de la gerencia de la compañía estatal, la cual no encontró mejor solución que enviar a las Fuerzas Especiales de Carabineros a reprimir a los trabajadores movilizados.

Fondo documental Ricardo Barrenechea Aguayo. Agosto de 1984, El Sur.

El texto «Los Contratistas» emplaza al sindicalismo de quienes sí, efectivamente, están contratados por la ENAP, y que, hasta ahora han guardado un penoso silencio frente a la huelga de sus compañeros de faenas.

En «Los Contratistas», Ricardo Barrenechea señala que quienes trabajan en empresas contratistas tienen obstáculos superiores para sindicalizarse y luchar por sus derechos laborales. La inestabilidad y la fragilidad de sus contratos, muchas veces por faena, los mantiene expuestos a la discreción de la patronal para disminuir salarios y condiciones de trabajo con el objeto de abaratar costos de producción y así obtener mayores ganancias: «aquí se nos presenta un fenómeno de proyección impredecible. Debemos preguntarnos qué está sucediendo en sus personas, qué sentimientos abrigan, qué piensan de sus gobernantes, qué preguntas sin respuestas se harán estos trabajadores», y agrega en su artículo que, «Creemos que es imprescindible una reacción tanto de las empresas contratantes, frecuentemente del Estado, como de las autoridades. No se puede permanecer irresponsable ante los problemas de los trabajadores, porque un contrato legal da las bases para un trato injusto. En las estimaciones de costos, que son antecedentes para adjudicar contratos, no se puede ser sólo economista, también se debe ser humanista y pensar en la remuneración digna de los trabajadores que ejecutarán la tarea en cuestión.

Detrás de todas estas consideraciones existe un imperativo ético y moral, no es posible permanecer indiferente ante lo que sucede a otros chilenos y no podemos ignorar la injusticia. En general, deberíamos ser, en nuestra medida, responsables de lo que sucede en nuestro entorno. Al lado de muchos trabajadores que tienen organizaciones que los defienden y que tienen diversas garantías, están los «contratistas», luchando por sobrevivir y muchos en malas condiciones».

Con información de Resumen.cl

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